Obesidad en la niñez. Apoyo Colegial a la ley de Etiquetado Frontal de Alimentos.
“Se estima que en 2014, 41 millones de niños menores de 5 años presentaban sobrepeso u obesidad, de los cuales más del 80% viven en países en desarrollo. Esta epidemia obedece principalmente a factores socio‐ambientales y culturales, patrones de consumo y al advenimiento de nuevos estilos de vida, como el creciente consumo de productos de bajo valor nutricional y alto contenido de azúcar, grasas y sal; la ingesta habitual de bebidas azucaradas y la falta de actividad física. Todos estos factores contribuyen a crear un “entorno obesogénico”, es decir, un ambiente que promueve la obesidad en las poblaciones”.
Esta introducción extraída del informe “Brechas sociales de la obesidad en la niñez y adolescencia” elaborado por la Fundación Interamericana del Corazón-Argentina y la UNICEF, puso de manifiesto la necesidad de analizar las razones y encarar las soluciones de una de las epidemias más preocupantes en la Argentina, la obesidad de niñas, niños y adolescentes.
Argentina tiene la tasa más alta de sobrepeso en menores de 5 años de América Latina y el Caribe, según el Panorama de Seguridad Alimentaria y Nutricional elaborado por OPS/OMS y la FAO.
Tanto desde la OPS como de UNICEF destacan que la disminución y prevención del sobrepeso y obesidad se encuentra en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), fijados para 2030.
“El problema de la obesidad en Argentina, así como en el resto de la región de las Américas, es muy grave, preocupante y desafía a los estados a impulsar políticas regulatorias para dar respuesta efectiva sanitaria a esta problemática. Al igual que otras formas de malnutrición, la obesidad está afectando a la población más pobre y vulnerable”, subraya la representante de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) en Argentina, Maureen Birmingham.
La representante de la OPS señaló que “con toda la evidencia existente sobre el daño que causa el consumo excesivo de azúcar, en Argentina no es obligatorio para la industria declarar la cantidad de azúcar agregada que posee el alimento procesado.
Así, el consumidor no está accediendo a esa información y por tanto no puede ejercer su pleno derecho”. Por eso, indicó, es necesario “avanzar a un sistema de etiquetado de alimentos y bebidas que garantice la posibilidad de ejercer los derechos los consumidores y proteger la salud de la población, en especial a los más vulnerables como los niños, niñas y adolescentes”.
Hoy sabemos que en Argentina más del 70 por ciento de la población adulta tiene sobrepeso y obesidad, al igual que más del 40 por ciento de los niños y adolescentes y eso está creciendo aceleradamente, según indican los datos aportados por el Dr. Fabio da Silva Gomes, Asesor Regional en Nutrición de la OPS, quien además expone los perjuicios del consumo de productos ultraprocesados que normalmente contienen cantidades elevadas de sodio, azúcares libres, y grasas, añadidos en la fabricación, tanto en el ámbito de la salud como del desarrollo económico.
Según una reciente investigación de UNICEF, uno de cada dos chicos y chicas en Argentina, reconoce haber comprado un alimento poco saludable porque lo vio en una publicidad en los últimos tres meses.
La prevención de la obesidad en la infancia es crucial porque es la etapa en donde se construyen los hábitos que continúan en la edad adulta y donde los chicos y chicas son más vulnerables a la influencia de los mensajes del entorno.
“El incremento en los niveles de obesidad se debe fundamentalmente a cambios en el patrón alimentario de la población, que ha pasado de consumir alimentos naturales y comidas caseras a desplazarlos por productos procesados y ultraprocesados, que son envasados listos para consumir, y bebidas azucaradas. Esta conducta, en muchos casos, responde a la influencia de estímulos que alientan el consumo de productos que tienen exceso de azúcar, grasas y sal añadidos, con escaso valor nutricional”, comenta Fernando Zingman, Especialista en Salud de UNICEF Argentina.
“La Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establece como meta poner fin a todas las formas de malnutrición y reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles, presentando un enorme desafío para todos los países. Esto requiere enfrentar el problema con políticas regulatorias integradas y fortaleciendo las acciones intersectoriales.”
La ingesta de productos no saludables es un problema de salud importante, con consecuencias negativas directas para el desarrollo en Argentina.
La obesidad, la hipertensión y la diabetes son los principales factores de riesgo derivados de la mala alimentación; responsables del 39% de todas las muertes en el país (es decir, casi 140 mil muertes anuales).
Las enfermedades crónicas no transmisibles relacionadas con la alimentación inadecuada contribuyen a gran parte de la carga de morbilidad en Argentina. El sobrepeso y la obesidad afectan al 13,6% de los niños y niñas con menos de 5 años, a más del 40% de los niños y niñas de entre 5 y 17 años, y al 70% de la población con 18 años o más. En la población adulta, el 34,6% presenta hipertensión arterial, 28,9% colesterol alto y 12,7% glucemia alta o diabetes.
Estas enfermedades no solo golpean con mayor fuerza a los sectores socioeconómicos más bajos, sino que cobran aún más relevancia en el contexto actual de la pandemia de COVID-19: la diabetes, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares aumentan el riesgo de padecer complicaciones y morir como consecuencia del coronavirus.
Una cuestión esencial para mejorar la alimentación y detener el crecimiento del problema requiere la reducción de la ingesta excesiva de azúcares libres, sodio, grasas totales y grasas saturadas que están presentes en los productos alimentarios y bebidas, y que no son identificados por las personas en el momento de adquirirlos para sí y para sus hijos.
Esto último debido a que no cuentan con un sistema claro de advertencias en el frente de los envases.
Varios países ya han puesto en marcha la adopción de políticas regulatorias, incluyendo la implementación de impuestos a productos alimentarios y bebidas no saludables, el etiquetado en la parte frontal del envase y la restricción de la comercialización de productos no saludables para niños y adolescentes, entre otras.
La obesidad es un problema de salud pública y los gobiernos deben implementar políticas y programas destinados a proporcionar alimentos saludables y asequibles para todos.
Existe consenso político internacional sobre la necesidad de implementar medidas poblacionales costo-efectivas que reduzcan el impacto de la alimentación no saludable.
El Etiquetado Frontal de Alimentos es una de las políticas recomendadas por la OPS/OMS, UNICEF y FAO para la prevención del sobrepeso y obesidad en niños, niñas y adolescentes.
Varios estudios realizados a nivel internacional han mostrado que la implementación del rotulado frontal es costo-efectivo, es decir, los ahorros al Estado derivados de su efecto positivo en la salud son mayores que los gastos en los que se incurren al implementarlo.
El rotulado frontal genera principalmente efectos de sustitución dentro de cada categoría de productos. Por este motivo, no se espera que genere pérdidas de empleo.
El caso de Chile respecto de la ley que implementó el sistema de etiquetado frontal de advertencias y restricciones en la publicidad, no generó pérdidas de empleo o de salario para los trabajadores en el primer año de su implementación. Además, se estima que México, dentro 5 años, ahorrará aproximadamente US$1,8 mil millones de dólares en costos relacionados con la obesidad. Dicho país utiliza un sistema de etiquetado frontal con el perfil de nutrientes de la OPS similar a lo que se propone en la ley en Argentina y que ha sido premiado por las Naciones Unidas.
El Senado de la Nación Argentina aprobó en octubre del 2020, el proyecto de ley de Promoción de la Alimentación Saludable que capitaliza las experiencias y evidencias generadas a nivel nacional e internacional con relación al etiquetado frontal de advertencias, al perfil de nutrientes, al mejoramiento de los entornos alimentarios escolares y a la protección de la población infantil de la publicidad de productos no saludables.
Esperamos que la Cámara de Diputados logre sortear los escollos que las grandes corporaciones de alimentos están pergeñando con falsos artilugios para frenar el tratamiento parlamentario y se convierta en ley. Es urgente. Es ahora.
Referencias:
1 https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/
2 Pan American Health Organization. Communicable Diseases and Health Analysis/Health Information and Analysis. Health situation in the Americas: core indicators 2016. Washington, D.C.: PAHO; 2016. Available from: http://iris.paho.org/xmlui/handle/123456789/31289?locale-attribute=en.
3 Secretaría de Gobierno de Salud, 2° Encuesta Nacional de Nutrición y Salud 2018. Resultados preliminares 2019: Argentina.
4 Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y Secretaría de Gobierno de Salud., 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo. Resultados preliminares. 2019: Argentina
5 Gua W, LIan W, Zhao Y, et al. (2020) Comorbidity and its impact on 1590 patients with Covid-19 in China: A Nationwide Analysis. Eur Respir J 55: 2000547
6 Yang J, Zheng Y, Gou X, et al. (2020) Prevalence of comorbidities and its effects in patients infected with SARS-CoV-2: a systematic review and meta-analysis. Int J Infect Dis 94: 91-95.
7 HLPE. 2017. La nutrición y los sistemas alimentarios. Un informe del Grupo de alto nivel de expertos en seguridad alimentaria y nutrición del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, Roma.http://www.fao.org/3/a-i7846es.pdf 3
8 El etiquetado frontal como instrumento de política para prevenir enfermedades no transmisibles en la Región de las Américas. Organización Panamericana de la Salud, 2020. https://iris.paho.org/handle/10665.2/53013
9 Intini, J., Jacq, E., Torres, D. 2019. Transformar los sistemas alimentarios para alcanzar los ODS. 2030 - Alimentación, agricultura y desarrollo rural en América Latina y el Caribe, No. 12. Santiago de Chile. FAO.
10 United Nations General Assembly (2011) Political declaration of the high-level meeting of the general assembly on the prevention and control of non communicable diseases, 16 September 2011. Disponible en: www.ncdalliance.org/sites/default/files/UN%20Political%20Declaration%20on%20NCDs.pdf
11 World Health Organization (2017) Tackling NCDs: 'best buys' and other recommended interventions for the prevention and control of noncommunicable diseases. Geneva: World Health Organization
12 OPS/OMS. El etiquetado frontal como instrumento de política para prevenir enfermedades no transmisibles en la Región de las Américas. Washington, D.C.: Organización Panamericana de la Salud; 2020.
13 UNICEF (2019). UNICEF programming guidance: Prevention of overweight and obesity in children and adolescents. New York: UNICEF, 2019
14 World Health Organization (2017) Tackling NCDs: 'best buys' and other recommended interventions for the prevention and control of noncommunicable diseases. Geneva: World Health Organization
15 Organisation for Economic Co-operation and Development (2019) Chapter 6. Impact on obesity policies on health and the economy. In: The Heavy Burden of Obesity: The Economics of Prevention OECD Health Policy Studies. Paris: Organisation for Economic Co-operation and Development (OECD).
16 Paraje G, Wlasiuk JM, Colchero A, et al. (2020) Food labelling effects on manufacturing labor outcomes in Chile. En evaluación.
17 Basto-Abreu A, Torres-Alvarez R, Reyes-Sánchez F, González-Morales R, Canto-Osorio F, Colchero MA, et al. Predicting obesity reduction after implementing warning labels in Mexico: A modeling study. PLoS Med 2020; 17(7): e1003221. https://doi.org/10.1371/journal.pmed.1003221
18 Modelo de perfil de nutrientes de OPS, https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/18622/9789275318737_spa.pdf
19 UNIATF Awards 2020 (who.int) 20 Proyecto de ley promoción de la alimentación saludable. Senado de la Nación. Orde
Comienza diciembre de 2021 y se acerca una nueva conmemoración del Día del Médico y de la Médica que nuevamente nos encuentra no solamente preocupados y ocupados por esta pandemia, sino en el peor momento con referencia a nuestras condiciones de trabajo.
El hecho de que por primera vez en más de 130 años de historia, el Hospital Municipal “Dr. Leónidas Lucero” haya funcionado sin médicos clínicos de guardia expone con crudeza la crisis del sector médico.
Quien piense en esto como una situación aislada o que involucra solamente a una especialidad médica, se equivoca rotundamente.
Prueba de ello son la fatiga y el desgaste de largos meses de trabajo sin descanso o el destrato cuando se reclaman condiciones laborales al menos dignas, no sólo en lo referido a los salarios y remuneraciones sino, además en materia de mejoras estructurales en nuestros espacios de trabajo.
Pero también vale enumerar el atraso en los llamados a concurso, la inexistencia de asociaciones de profesionales en la gran mayoría de los hospitales del interior del distrito, la persistencia de contratos por locación de obra y de servicios, el postergado reconocimiento previsional en lo referente al régimen de desgaste laboral o el multiempleo como expresión habitual del trabajo médico, fiel estigma de la precarización laboral.
Es evidente que los médicos y las médicas atravesamos hoy por estas y muchas otras cuestiones, independientemente de nuestras especialidades o nuestros lugares de trabajo.
La empecinada procrastinación de los responsables en dar respuesta pareciera no tener solución.
Directamente, no escuchan.
Por eso hoy queremos abrazar a todos y todas nuestras colegas y alentarlos y acompañarlos en esta larga lucha en procura de la reivindicación de los innumerables derechos postergados.
Mesa Directiva del Colegio de Médicos, distrito 10.