El valor de la vacunación sistemática.
Vemos con singular preocupación, la creciente tendencia a cuestionar y menospreciar el valor, eficacia y seguridad de las vacunaciones sistemáticas.
Lamentablemente, esta tendencia se está extendiendo, fundamentalmente por las redes sociales, en todos los niveles de sociedades occidentales con altas coberturas de vacunación.
Tal situación requiere con máxima urgencia respuestas firmes avaladas por las evidencias científicas, más apremiantes si cabe para la propia clase médica:
# La eficacia de las vacunas sistemáticas es irrefutable, no susceptible de interpretaciones alternativas de base ideológica indemostrable.
# Sus efectos secundarios más frecuentes son leves y muy excepcionalmente los más graves; hablar de efectos secundarios a largo plazo no demostrables, es desinformar y crear alarma social.
# La libertad individual para la toma de decisiones debe cuestionarse cuando afecta a la salud de terceros, menores de edad en este caso y a la seguridad, por extensión del resto de la población.
# Argumentaciones basadas en presuntos intereses económicos del entorno, no invalidan su eficacia científicamente demostrada.
# Sería maleficencia no emplear todos los medios necesarios para preservar la salud de las personas, usando procedimientos o haciendo recomendaciones no basadas en la evidencia científica, aún contando con el consentimiento de los padres.
Las vacunas salvan millones de vidas, reducen la carga de enfermedad y contribuyen decisivamente a mejorar la esperanza de vida.
La vacunación es una de las intervenciones sanitarias más seguras, más efectivas y con un mejor índice de costo-beneficio a disposición.
(Fuente consultada: Colegio de Médicos de Barcelona)
COLEGIO DE MEDICOS
DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
DISTRITO X
COMUNICADO
El Consejo Superior del Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires ve, con suma preocupación y rechaza enérgicamente, las lamentables manifestaciones que se han llevado a cabo contra los médicos, ante involuntarios errores o complicaciones, dentro del ejercicio profesional.
Todo procedimiento tiene implícito un riesgo, pero esto no debe interpretarse como la intención de dañar y mucho menos de ocasionar la muerte.
Todo ello ha llevado a deteriorar aún más la relación médico-paciente y atribuirle al médico una criminalización de su ejercicio, cuando lo que hacemos es prepararnos para preservar la vida, aliviar el dolor, prevenir males mayores y acompañar al paciente en lo irreversible.
En el análisis no hay que dejar de lado y fuera de casos puntuales, la grave crisis estructural del sistema de salud, en el cual los colegas ejercen la profesión, tanto en el ámbito público como privado.
Por ello, consideramos que los comentarios sobre los juicios por “presuntas malas praxis” deben ser prudentes y enmarcarse en el texto de las resoluciones judiciales, aclarando si restan definiciones de instancias superiores que puedan cambiar estas decisiones.